Liofilización vs secado convencional en laboratorio

¿Realmente importa cómo se elimina el agua de una muestra en laboratorio? La respuesta corta es sí. Pero no por las razones que quizá imaginas. Aunque ambas técnicas, liofilización y secado convencional, buscan un mismo objetivo —preservar materiales—, la forma en que lo hacen puede afectar la estabilidad, integridad y aplicación de las muestras. En este artículo resolvemos estas dudas y exploramos ambas opciones. ¡Sigue leyendo!

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Entendiendo los procesos: liofilización y secado convencional

Ambos métodos se utilizan para eliminar el agua de muestras biológicas, farmacéuticas o químicas, pero sus principios y resultados son muy distintos.

¿Qué es la liofilización?

La liofilización, también conocida como secado por congelación, es una técnica que elimina el agua de una muestra tras congelarse, reduciendo la presión y permitiendo que el hielo se sublime directamente a vapor. Este es un proceso que conserva la estructura molecular de la sustancia y que minimiza la pérdida de propiedades físicas, químicas y biológicas.

Se trata de un método es especialmente útil en laboratorios que trabajan con:

  • Productos biológicos como vacunas, enzimas o anticuerpos.
  • Compuestos termosensibles.
  • Muestras que deben conservarse durante largos periodos.

En Noxair, el Liofilizador Unifreez está diseñado para facilitar este proceso con máxima eficiencia, integrándose con facilidad en flujos de trabajo exigentes en el ámbito biomédico o farmacéutico.

¿En qué consiste el secado convencional?

El secado convencional, por su parte, suele implicar la aplicación de calor para evaporar el agua o los disolventes presentes en una muestra. Es un proceso más rápido y económico, pero también más agresivo, pues el calor es capaz de desnaturalizar proteínas, alterar estructuras moleculares o afectar la viabilidad de ciertos microorganismos.

Al aplicar temperatura, muchas sustancias pueden sufrir alteraciones irreversibles:

  • Degradación térmica.
  • Pérdida de actividad biológica.
  • Cambios en la estructura o la textura del compuesto.


En esencia, este método puede ser adecuado para
materiales menos sensibles o cuando la conservación a largo plazo no es una prioridad.

Diferencias clave entre liofilización y secado convencional

Existen diversos tipos de pipetas de laboratorio, cada uno diseñado para satisfacer diferentes necesidades:

Aspecto

Liofilización

Secado convencional

Temperatura y condiciones

Se realiza a temperaturas muy bajas (−40 °C a −80 °C) en vacío. Sin calor directo.

Utiliza temperaturas elevadas (40 °C a 100 °C), con exposición al calor.

Estructura de la muestra

Conserva estructura, bioactividad y viabilidad celular.

Puede desnaturalizar proteínas y alterar compuestos sensibles.

Tiempo y consumo energético

Proceso más largo y con mayor demanda energética.

Método rápido y con bajo consumo energético.

Resultados y estabilidad

Alta estabilidad a largo plazo sin refrigeración.

Estabilidad limitada, depende del tipo de muestra.

Aplicaciones recomendadas

Muestras biológicas, vacunas, enzimas, productos termosensibles.

Tareas rutinarias, materiales no sensibles al calor.

¿Cuál es mejor para tu laboratorio?

Lo cierto es que a la hora de decidir entre liofilización y secado, todo depende del tipo de muestra y del objetivo de conservación. Si trabajas con cultivos celulares, enzimas, vacunas o compuestos termo-sensibles, la liofilización es sin duda la opción más adecuada. Además, si tu laboratorio gestiona proyectos de investigación, control de calidad o procesos que requieren trazabilidad, contar con un proceso de liofilización estandarizado y reproducible aporta un valor añadido clave.

Al mismo tiempo, y en combinación con la liofilización, es habitual utilizar soluciones como el ultracongelador Unifreez para preservar las muestras antes del secado, o una cabina de seguridad que garantice condiciones asépticas durante su manipulación.

¿Y si solo necesitas secar con rapidez?

Hay situaciones en las que el secado convencional puede ser suficiente: limpieza rutinaria, secado de sólidos inertes o eliminación de humedad previa a otro tratamiento térmico. Sin embargo, si trabajas con biomoléculas o muestras clínicas, la exposición al calor puede poner en riesgo la fiabilidad del resultado.

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Tanto la liofilización como el secado convencional tienen su lugar en el laboratorio, dependiendo del tipo de muestra, los objetivos del análisis y el nivel de exigencia del proceso. Mientras que la liofilización destaca por su capacidad de conservar propiedades sensibles, el secado convencional puede ser una alternativa útil en tareas rutinarias o menos críticas.

Si estás valorando incorporar un equipo de liofilización o necesitas orientación para mejorar tus procesos de secado, en Noxair podemos ayudarte. Contacta con nuestro equipo de expertos para resolver cualquier duda técnica.